El cambo climático, en lo referente a la acción antropogénica sobre los sistemas climáticos, es un hecho inequívoco, sobre el cual existe un consenso científico amplio, pero no absoluto. El detonante principal del cambio climático es una emisión excesiva de gases de efecto invernadero (GEI). El Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) ha indicado que “la influencia humana en el sistema climático es clara y va en aumento, y sus impactos se observan en todos los continentes. Si no se le pone freno, el cambio climático hará que se incremente la probabilidad de impactos graves, generalizados e irreversibles en las personas y los ecosistemas. Sin embargo, existen opciones para la adaptación al cambio climático y con actividades de mitigación rigurosas, se puede conseguir que los impactos del cambio climático permanezcan en un nivel controlable, creando un futuro más claro y sostenible”.
Los GEI disminuyen la pérdida de calor de la Tierra hacia el espacio, por lo que aumenta la radiación solar calórica que se va acumulando en el planeta, con el consiguiente efecto de aumentar gradual y paulatinamente la temperatura media de la atmósfera, lo que tiene efectos en el clima, como son sequías prolongadas, eventos meteorológicos extremos (precipitaciones mucho más intensas de los normal, huracanes con mayor fuerza, tornados más destructivos, etc.), además de derretimiento de las reservas naturales de agua dulce, como los glaciares y los polos.
Dentro de las medidas que Chile ha tomado siguiendo los lineamientos internacionales ha sido la medición de la huella de carbono. Esta huella de carbono nace como una medida de cuantificar y generar un indicador del impacto que una actividad o proceso tiene sobre el cambio climático, más allá de los grandes emisores.
La huella de carbono se define como el conjunto de emisiones de gases de efecto invernadero producidas, directa o indirectamente, por personas, organizaciones, productos, eventos o regiones geográficas, en términos de CO2 equivalentes, y sirve como una útil herramienta de gestión para conocer las conductas o acciones que están contribuyendo a aumentar nuestras emisiones, cómo podemos mejorarlas y realizar un uso más eficiente de los recursos.
Cabe destacar que el CO2 no es el único gas de efecto invernadero. Los otros gases como el hexafluoruro de azufre (SF6), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFCs) y perfluorocarbonos (PFCs). Los dos últimos son producto 100% de procesos industriales.
El Ministerio del Medioambiente define 6 enfoques para medir la huella de carbono: 1) Corporativo, 2) Ciclo de vida de un producto o servicio, 3) Personal, 4) Eventos, 5) Territorial y 6) Enfoque específico por tipo de industria.
Para el enfoque corporativo, la huella de carbono agrupa las emisiones de gases efecto invernadero en 3 alcances:
- Alcance 1: Emisiones directas. Son aquellas emisiones de gases de efecto invernadero que proviene de fuentes que son propiedad o son controladas por la empresa, como, por ejemplo, consumo de combustibles fósiles (fuentes fijas y móviles). Así, estas emisiones consideran los combustibles como el Diél, gas natural, gas licuado, kerosene, etc., utilizados en vehículos, maquinarias, calderas, etc.
- Alcance 2: Emisiones indirectas por consumo y distribución de energía. Corresponden a gases de efecto invernadero asociadas al consumo de electricidad generada por terceros. Las emisiones se calculan, por ejemplo, considerando el consumo eléctrico tanto de las oficinas como de las plantas productivas, cuando la electricidad es proporcionada por una empresa distribuidora o, directamente, por una generadora para el caso de grandes consumidores.
- Alcance 3: Otras emisiones indirectas. Son aquellas emisiones de gases de efecto invernadero que no son propiedad ni están controladas por la empresa. Corresponden a la emisiones generadas, por ejemplo, por el transporte de funcionarios, viajes aéreos por trabajo, transporte de insumos y maquinarias por parte de los proveedores, generación de insumos y residuos por la misma empresa, etc.
Para realizar finalmente el cálculo de emisión de carbono se utilizan tablas estandarizadas con el cálculo de emisión de CO2. Estas tablas se encuentran disponibles en el Ministerio del Medio Ambiente (huellachile.mma.gob.cl) y poseen factores de emisión para cada uno de los 3 alcances mencionados. Estos factores de emisión permiten efectuar el cálculo en base a variables como el combustible utilizado en vehículos, la electricidad consumida en los establecimientos, la compra de insumos como papel o plásticos, entre muchos otros.
Se puede decir que la huella de carbono es la sumatoria de los niveles de actividad multiplicados por los factores de emisión respectivos.

Como ejemplos se puede mencionar algunos factores de cálculo: Para el alcance 1, se calcula la emisión de CO2 dependiendo del tipo de combustible utilizado y si la fuente es fija o móvil; Para el alcance 2 la emisión se calcula respecto del consumo de electricidad y según el sistema eléctrico del cual se surte la empresa; para el alcance 3, se calcula en base a productos y servicios adquiridos, como plástico, cartón, vidrios, transporte de personas, entre otros.
El objetivo de medir la huella de carbono es que una empresa, organización pública o una persona, puede revisar año a año si su huella va disminuyendo, aumentando o se mantiene, pudiendo modificar su actuación de manera de contribuir a la disminución de los gases de efecto invernadero.
Una vez determinada la huella de carbono, se pueden implementar algunas acciones para reducrila, como por ejemplo:
Mejoras en eficiencia energética: Utilizar, por ejemplo, vehículos y maquinaria con motores más eficientes y combustibles menos contaminantes, cuando sea posible.

Uso de Energías Renovables: Empresas de gran tamaño pueden instalar paneles fotovoltaicos o transformar al menos parte de su flota de vehículos a combustibles con menor huella de carbono, como el GNC (gas natural comprimido) o GLP (gas licuado de petróleo), o derechamente a vehículos híbridos.
Optimización en transporte y movilidad: Transportar la carga en lo posible a máxima capacidad y en medios de transporte más eficientes, o evitar el traslado de trabajadores a reuniones promoviendo reuniones por video conferencia.
Gestión de residuos: La reducción de residuos a través de acciones como el reciclaje y la reutilización, tendrán un efecto significativo en la huella de carbono.
Compra sostenible y gestión de productos: Preferir proveedores locales e insumos de material reciclado, cuando sea posible.
Capacitación y sensibilización: A colaboradores de las mismas empresas y sus familias, en cómo poder disminuir la huella de carbono, tanto a nivel organizacional como familiar.

Compensación de emisiones: Al tener medida la huella de carbono, las empresas pueden, voluntariamente, compensar parte o el total de estas emisiones reforestando, idealmente con especies nativas, y mantener en el largo plazo estas reforestaciones.
Invertir: En tecnología menos contaminante, más eficiente y procesos productivos optimizados de manera de reducir el requerimiento de energía e insumos, generando también menos residuos.
Fuentes:
Ministerio del Medio Ambiente, https://mma.gob.cl/
Programa Huella Chile, https://huellachile.mma.gob.cl/
IPCC National Greenhouse Gas Inventories Programme, https://www.ipcc-nggip.iges.or.jp/public/2006gl/pdf/2_Volume2/V2_2_Ch2_Stationary_Combustion
Guía de mejores técnicas y tecnologías para la reducción de emisiones de GEI en oficinas y en el sector agrícola, en https://huellachile.mma.gob.cl/wp-content/uploads/2025/04/Guia-de-mejores-tecnicas-y-tecnologias-para-la-reduccion-de-emisiones-de-GEI-en-oficinas-y-en-el-sector-agricola.pdf