El establecimiento con éxito de una plantación es el principal objetivo de una forestación y/o reforestación. Las plantaciones forestales, se establecen generalmente en suelos clasificados según su capacidad de uso entre las Clases V y VIII, (SAG, 2001), la competencia con las malezas, los daños por fauna, procedimientos de plantación incorrectos y uso de plantas inadecuadas son los principales impedimentos en la consecución de este objetivo, (Quiroz, et al. 2012).
En este sentido, una planta de calidad es aquella que demuestra su capacidad de establecerse, crecer y desarrollarse satisfactoriamente una vez plantada en su lugar definitivo, dependiendo de la técnica de plantación y de sus atributos (Montoya y Cámara, 1996).
En general, las plantas de buena calidad son capaces de sobrevivir y crecer vigorosamente al corto tiempo de establecidas en terreno y por el contrario, una planta de mala calidad muestra una respuesta deficiente en crecimiento y disminuye su sobrevivencia comprometiendo la estabilidad de la plantación, especialmente durante los primeros años.
Existen diversos atributos que afectan positiva o negativamente la calidad de una planta. Entre quienes las producen, coinciden en que no sólo deben considerarse aquellos derivados de la morfología, sino que también los aspectos fisiológicos de éstas. Entre los atributos morfológicos de mayor significancia se encuentran la altura, el diámetro de cuello (DAC), el sistema radicular, el grado de lignificación del tallo y las características del follaje, (Quiroz et al, 2012).
Un índice morfológico es una combinación de dos o más parámetros morfológicos. Ellos son generalmente diseñados para servir a uno o dos propósitos. El primero es para describir un atributo abstracto de una planta, tal como balance o vigor. El segundo es para determinar la importancia relativa de la combinación de los parámetros morfológicos en un índice que exprese más estrechamente el funcionamiento en terreno de algún parámetro individual. Entre los más comunes está el Índice de Esbeltez: es la relación entre la altura de la planta y su diámetro, siendo un indicador de la densidad de cultivo. Es un parámetro importante en las plantas en contenedor, donde se pueden desarrollar plantas ahiladas (Thompson, 1985). Este índice relaciona la resistencia de la planta con la capacidad fotosintética de la misma (Toral, 1997). Valores entre 5 y 10 indican una mejor calidad de planta, valores sobre 10, indican una planta muy alta, respecto al DAC, por su parte valores menores a 5, indican una planta de poca altura respecto al DAC.
Donde:
IE = Índice de Esbeltez
H= altura de la planta en centímetros (cm)
DAC= diámetro a la altura del cuello del tallo en milímetros (mm)
Este índice ha sido utilizado exitosamente para seleccionar las plantas plantables de las no plantables. También sirve para estimar el éxito en la plantación de varios tipos de material (Quiroz et al, 2009).
Por su parte los atributos fisiológicos se relacionan con la aclimatación de las plantas en terreno y su crecimiento. La adecuada concentración de nutrientes proporciona una reserva que contribuye a la formación de tejidos hasta que el sistema radicular se haya establecido (Ruano, 2008). El nivel de carbohidratos es relevante por su participación en la constitución de estructuras como también de reserva, para mantenimiento y crecimiento. El Potencial Hídrico es considerado también de importancia para conocer la respuesta de la planta al estrés del medio. Lo mismo ocurre con la Conductividad Eléctrica, la cual está asociada a la tolerancia a bajas temperaturas (Rodríguez, 2008).
Los atributos de comportamiento, vinculados al igual que los morfológicos con la supervivencia y crecimiento en terreno, están directamente relacionados con los fisiológicos, no obstante, en forma habitual son vinculados con el vigor de la planta. Estos son indicativos de la resistencia de la planta a variables climáticas de humedad, temperatura y viento. Entre los atributos de comportamiento se encuentran: Resistencia a la flexión, tolerancia al frío y resistencia al estrés hídrico.
Al término de la temporada de producción existen una serie de daños que afectan la calidad de la planta y que inciden directamente en la oferta de plantas. Los daños provocados por agentes bióticos y abióticos son factores preponderantes para descalificar el material: follaje dañado, daños del cuello causado por hongos, heridas no cicatrizadas y pérdida de raíces por exceso de manipulación, signos de sequedad y ausencia de la yema apical. En relación con los atributos que se ven afectados por deformaciones o crecimientos no esperados, las características más relevantes son: escasez de raíces laterales o finas, raíces enrolladas, raíces secundarias ausentes, tallo bifurcado y múltiple, y escaso follaje (Quiroz et al, 2012).
El programa de la planta ideal y su implementación práctica.
La unión cuantitativa de características de la planta con el éxito de la plantación requiere un esfuerzo conjunto y concertado de quienes realizan las reforestaciones, que fijarán los estándares de la planta, y de los viveristas. Este es un sistema cerrado, en el que el análisis de los resultados de campo se emplea para fijar nuevos estándares y buscar ensayos que permitan predecir el comportamiento de las plantas.
En la Figura 1 se presenta de manera esquemática cómo funciona el programa de la planta ideal. Como muestra el esquema, es crucial que viveristas y reforestadores estén de acuerdo sobre el tipo de planta que se puede producir y que funcionará mejor; si se deja al viverista a un lado de la decisión pueden crearse expectativas irrealizables.
Una vez que se ha acordado el tipo de planta y ésta se ha producido, el siguiente paso es plantarla y seguir su progreso en el campo durante tres a cinco años. La medición del primer año da una idea de la supervivencia y el crecimiento iniciales; el segundo año permite conocer la necesidad de replantar si el comportamiento de la plantación no ha sido bueno debido a una mala calidad de la planta, a una mayor competencia de la esperada por parte de la vegetación adventicia, o daños por animales, herbicidas u otros. Si todo ha ido bien, la medición del quinto año da una información excelente de cómo la nueva masa está ocupando el lugar.
Una vez que los datos han sido analizados, el proceso empieza de nuevo con la revisión conjunta de los resultados por repobladores y viveristas, de manera que el programa avance hacia nuevas mejoras.
Desde varios puntos de vista, un programa así puede ser visto como un programa de control de calidad diseñado para producir una planta con las mejores características (la planta), que consiga el máximo retorno (supervivencia y crecimiento). Ciertamente, no es diferente de otros sistemas de gestión encaminados a afinar los detalles críticos que ahorran dinero y aumentan de forma efectiva la productividad. (Brichler, et al. 1998).
BIBLIOGRAFÍA
• Brichler, T. et al., 1998. La Planta Ideal: Revisión Del Concepto, Parámetros Definitorios e Implementación Practica. Invest. Agr.: Sist. Recur. For. Vol. 7 (1 y 2).
• Quiroz Marchant, I., Chung Guin-po, P., García Rivas, E., et al (2009). Vivero forestal: producción de plantas nativas a raíz cubierta. Santiago, Chile: INFOR. https://doi.org/10.52904/20.500.12220/17366
• Quiroz Marchant, I., García Rivas, E., Gutiérrez Caro, B. (2012). Bases para un reglamento de semillas y plantas de especies forestales utilizadas en Chile. Santiago, Chile: INFOR. https://doi.org/10.52904/20.500.12220/20103
• Montoya, J. y Camara, M. 1996. La planta y el vivero forestal. Madrid, España. 127p.
• Rodríguez Trejo, D. (2008). Indicadores de calidad de planta forestal. México: Mundi-Prensa.
• Ruano Martínez, J. (2008). Viveros forestales. Manual de cultivo y proyectos. 2a. edición. Madrid, España: Mundi-Prensa.
• SAG, 2001. Pauta para estudio de suelos.
• Thompson, B., 1985. Seedling morphological evaluation – what you can tell by looking. Pp. 5971 In: Duryea, M., Ed. Proceedings: Evaluating seedling quality: principle, procedure and predictive abilities of major test. Oregon State University. Corvallis, Oregon. U.S.A. 143 p.
• Toral, M. 1997. Concepto de calidad de plantas en viveros forestales. Documento Técnico N°1. Programa de Desarrollo Forestal Integral de Jalisco, SEDER- Fundación Chile. Consejo Agropecuario de Jalisco, México.
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